11/5/15

Hola ¿cómo estás? ... Bien.

¿Qué quiere que le diga, aquella mentira eterna?... Bien... 
Detrás de eso el desorden y la confusión, el estrés del devenir de, me hundo en mi misma, me atraviesa el avanzar del tiempo, el no logro nada, el irrefrenable reloj de la vida, los días sonrisas y malabaristas; estoy en el quedo zumbido de mis mudas risas. 
Debo decirle que... bien; en estos días casi no río, tengo un nudo en el ombligo y parece que algo expira... "no pasa nada, todo está bien"... mientras todo pasa y nada... es cierto nada, sólo los días, las horas, mi mediocridad. ... parecen palabras vanas: "todo bien, no pasa nada".
¿Qué le digo señor anfitrión del teatro?  También tengo mis malos ratos. ¿Le parecen injustificados? Mis días penden de un hilo... inanición podría ser la causa... el nervio de el recurso de nada... de mis manos torpes y mi desconfianza... Qué decir, le cuento todo lo bueno que pasa, pa' qué le preocupo yo con mis andanzas. De ahí es la odisea tan sonada... cada día vivir... sobrevivir, en mi propia carestía, en mi propia desesperanza.


¡Ya sé, ya sé! mis palabras suenan vanas; ¡ya sé, ya sé! que decirle "bien" es una cortesía antes que la realidad de mis hazañas, me pierdo en explicarlas; ni las comprendo, sólo es ese algo del descontento con el vericueto de ser uno mismo quien cuente sus cuentos. ¡Me miento, le miento señor cuando le digo que todo anda bien y que por aquí la calma chicha pasa!... ¡Pura patraña! Tengo el alma suspendida en al algún lugar que he desconocido, la tengo perdida por algún sitio y siento en el pecho un hilo de pesimismo. 

¿Qué tengo?: Nada; sólo los mortales problemas de encajar en el sistema y no sólo eso: ¡¡ el  sostenerlo !!

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